miércoles, 20 de agosto de 2014

TALAVANTE ENTREGA SU ARTE EN MALAGA

EL ARTE DE TALAVANTE.

Málaga (España). Ambicionar también es respetar tu proyección. Cuidar el toreo más allá del triunfo. Más allá de la imagen con las orejas en las manos. Más allá de la perfección de uno mismo. Traspasando la frontera de lo que es ser una figura. Procurando no solo el toreo bueno sino también el toreo bello. Entonces es cuando se erizan las pieles. Así se marca la diferencia entre un triunfo más y una tarde excepcional. Alejandro Talavante buscó eso en La Malagueta y logró una de las faenas más puras de la historia reciente de esta plaza. Fue la culminación de una actitud que trajo la terna al completo, también El Juli y Perera. Rivalidad torera que hacía más que apetecible este cartel. Vinieron a Málaga a disfrutar, a hacer disfrutar, a proyectar, a hacer sentir y a mimar el triunfo que finalmente se repartió en solitarias orejas para Perera y Talavante.
La corrida de Victoriano del Río fue de excelente presentación, con toros de buenas hechuras, que luego en los primeros tercios tuvieron reacciones adversas, pero en la muleta aguantaron lo justo y necesario. Veinte muletazos o algo más que valieron su peso en oro.
De esta manera comenzó Alejandro Talavante su faena al tercero, cuidando cada muletazo como obra de arte, primero con la pierna genuflexa, uno rodilla en tierra y luego pura verticalidad con los olés resonando en una plaza llena. Luego se sucedieron series con la mano derecha y todo el toreo ocurrió bajo la barbilla de Talavante. Ahí en el punto del embroque comenzaba y prácticamente finalizaba un trazo que ceñía el toro a su cuerpo, sin abrir el compás. No fue cuestión de llevarlo allí sino de traerlo aquí. Un concepto de antaño que resurgió en las manos del extremeño enLa Malagueta. Por el izquierdo el toro fue más informal pero logró un natural largo a cámara lenta. Revolucionó los tendidos que ya con la exasperación del olé más profundo se pusieron en pie para ovacionar una última serie por bernadinas. Por aquí o por acá pero Talavante iba a hacerlo pasar, aportando el último momento de emoción. Y pinchó con el descabello. Dio una vuelta al ruedo que le tuvo que saber a gloria porque más pureza no pudo imprimirle a su faena.
En el sexto sí tuvo ocasión de cortar oreja incluso tras pinchar con la espada. Porque la dimensión que ofreció durante todo la tarde fue memorable.  Toreo en el más estricto sentido de la palabra. Con verónicas a pies juntos y un inicio con más de cinco estatuarios sin despegar las zapatillas del albero. Volvía a ocurrir todo bajo la barbilla de Talavante. Toreo lento y toreo caro con suavidad, sobre todo en los naturales. Brilló con luz propia, poniendo el listón muy alto para lo que queda de feria. Porque en los arreones de los primeros tercios, el toro incluso tuvo peligro y El Juli tuvo que echar más de un capotazo para salvaguardar a los banderilleros que se disponían a parear. Juan José Trujillo hizo sonar la banda de música tras el último par, sumando así a una tarde pletórica paraMálaga. 
Con suavidad y temple Perera toreó al segundo, un toro hondo que tuvo una lidia desordenada. A pies juntos comenzó la faena que prosiguió con la derecha aunando temple y suavidad. El toro embistió con suma dulzura yPerera se valió de ello para acompañar y disfrutar del toreo con delicadeza. Con la izquierda el toro se vencía más y comenzó a rajarse. Tras la estocada desprendida paseó la oreja que evidenciaba que en Málaga iban a ambicionar más y mimar el triunfo. El quinto se quedó corto y no tuvo finales y en esta ocasión Perera tiró de técnica impoluta para desarrollar su faena que si bien pudo merecer la oreja, hubiese igualado en premio la faena a su primer toro que fue superior en cuestión de expresividad y belleza.
El cuarto marcó más la mansedumbre pero aguantó lo justo y necesario para que Juli también mimara su triunfo con naturales para todos los gustos, suaves, largos, profundos o verticales. Hubo un circular invertido con cambio de mano de los de ambicionar más, aún cuando la belleza ya esta alcanzada. El final con muletazos rodilla en tierra, estuvo lleno de detalles que enriquecieron la faena. Intentó matar recibiendo aprovechando el movimiento del animal y pinchó. Luego metió la espada pero se le atascó el descabello y se le esfumó el premio. Había sido él quien impuso la importancia a la tarde con el primero, un toro que no mostró calidad pero con el que desplegó todo un repertorio de verónicas, medias y chicuelinas con el capote. Empezó tan fuerte la tarde que Perera se decidió a entrar al quite y replicar las chicuelinas. El toro fue áspero y  reservón en la muleta dejando pocas opciones. Pero el camino había quedado señalado.
Un camino que sirve para futuras tardes en las que mimar el triunfo debiera ser ley para conmover y promover el toreo con una dimensión extraordinaria. En Málaga no hubo Puerta Grande y solo se cortaron dos orejas pero se vivió uno de los éxitos taurinos más importantes. Y será una de las tardes de las que se hablara y quedará para la posteridad. Porque cuando se mima el triunfo se miman las sensaciones y ante todo el toreo es sentir.
Plaza de toros de La Malagueta. Lleno. Cuarta de feria. Toros deVictoriano del Río. El Juli, silencio y ovación; Miguel Ángel Perera, oreja y ovación tras petición y Alejandro Talavante, vuelta al ruedo tras aviso y oreja. Se desmonteró en banderillas del sexto Juan José Trujillo.

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