(Foto: Carmelo Betolaza)
Hubo toreros, pero faltó toro en la primera corrida de la Feria de San Mateo de Logroño, que registró una buena entrada en un festejo que comenzó a las ocho de la tarde.
Los momentos más artísticos llegaron con Morante, que armó el taco frente al quinto, un toro con buenas pretensiones, clase aunque muy en la frontera de la falta de raza y fuerza. Morante saludó con vibrantes lances de capa, entre los que brillaron dos rumbosas chicuelinas. Faena de gran despaciosidad y estética, corriendo la mano con mimo y suavidad sobre ambas manos. Obra imperfecta por definición pero cargada de aroma, de exquisiteces y de inspiraciones. Faena singular en la que impuso su personalidad sobre la base de la inteligencia, necesaria para pulsear al toro y mantenerlo en su altura justa. Estocada casi entera. Oreja tras aviso.
El primero fue un toro de El Vellosino con nobleza y buena condición, bajo de raza y muy justo de fuerza. La faena de Morante tuvo esbozos, caligrafías y destellos, pero sin terminar de conjugarse por falta de continuidad del animal. Mató de dos pinchazos previos a una estocada tendida.
El tercero fue devuelto por inválido y en su lugar salió un sobrero del mismo hierro, deslucido y brusco, frente al que Morante de la Puebla tiró por la calle de en medio abreviando frente a tal comportamiento del astado.
Logroño.Viernes, 19 de septiembre de 2014. Toros deEl Vellosino, desiguales de presentación y dispares de hechuras, nobles, descastados y sin entrega, de poco juego en general; manejable el 1º, con movilidad el 4º, sacó clase el 5º y el 6º resultó desfondado. Morante de la Puebla:Ovación con saludos tras aviso, silencio y oreja tras aviso;Miguel Ángel Perera:Silencio, ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos.Entrada: Dos tercios. Saludó Juan Sierra, de la cuadrilla de Perera, tras banderillear al cuarto.
